Algo así no es solo un verdadero problema, sino una forma de dejar en ruinas el castillo de nuestra autoestima.
Puede ser tan basic como disfrutar de una taza de café mientras lees un libro o dar un paseo en la naturaleza. La plan es hacer algo que te haga feliz y que te permita desconectarte de las presiones diarias.
Mantener una mentalidad abierta y estar dispuestos a reevaluar nuestras prioridades nos permitirá ser más resilientes y efectivos en la gestión de nuestro tiempo.
Un psicólogo de nuestro equipo puede ayudarte a entender el origen de tu culpa y a construir una autoestima sólida que no dependa de la aprobación externa. Agenda una primera sesión y empieza a sentirte seguro/a en tus decisiones.
Según la psicóloga Carol Ryff, el bienestar psicológico se sustenta en seis dimensiones. Estas representan la manera en la que el individuo afronta las situaciones que se le presentan en la vida.
Por lo tanto, dominar el arte de establecer límites sin sentirse culpable es una piedra angular de las conexiones significativas, en consonancia con el objetivo de construir relaciones basadas en la confianza.
¡Me di cuenta de que necesitaba algo más que me ayudara a definir prioridades en momentos de enojo, frustración o agotamiento!
Reconocer que esta culpa es un eco del pasado, y no una señal de que estás haciendo algo mal, es el primer paso para liberarte de su poder.
Esta adaptabilidad puede enriquecer nuestras vidas y ayudarnos a crecer tanto personal como profesionalmente.
Aprender a priorizar de una manera eficaz puede transformar tu vida aprender a priorizarme diaria, mejorar tu productividad e impulsar una mejor salud mental.
Unos límites claros mejoran las relaciones al fomentar la honestidad y el respeto mutuo. Cuando se comunican los límites, se crea previsibilidad y se reducen los malentendidos.
En última instancia, aprender a poner límites sin sentirse culpable es un acto de amor propio que se irradia hacia fuera. Se trata de satisfacer tus necesidades e invitar a los demás a hacer lo mismo.
Lo que piensas impacta en cómo te sientes y en lo que haces. Muchas veces, tus pensamientos distorsionados (interpretaciones erróneas de la realidad) llevan a sentirte culpable por cuestiones que no están bajo tu Manage o que son injustas para ti.
Pero lo cierto es que poner límites no te convierte en una mala persona. Al contrario: establecer límites es un acto de amor propio y también de respeto hacia los demás.